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Aceites Vizcántar es una empresa especializada en aceites de oliva amparados por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Priego de Córdoba y procedentes de agricultura ecológica. Presenta como inscrita en dicho Consejo Regulador la marca «Señorío de Vizcántar».
Con sede en Priego de Córdoba, colabora con almazaras de la comarca para nutrirse de sus aceites de oliva, avalados por la Denominación de Origen, un reglamento definidor de rasgos esenciales de los aceites de oliva de nuestra zona, según la geografía, clima, variedades de olivos y tradición agrícola, que hacen que nuestro aceite de oliva tenga una identidad propia, distinta de otras zonas.
La zona de producción olivarera de la que se nutre Aceites Vizcántar, y que protege la D.O., está perfectamente delimitada, al tratarse de una comarca natural, la de Priego de Córdoba. En el Sureste de la provincia, entre la Sierra Subbética y el límite de las provincias de Granada y Jaén, en el corazón de Andalucía, Sur de España y de Europa. Los municipios de Almedinilla, Carcabuey, Fuente Tójar y Priego de Córdoba la componen y abarca una superficie total de 44.818 ha, de las cuales 29.628 ha están dedicadas al olivar.
El clima, su serrana orografía, sus ríos, abundantes arroyos y caudales fuertes, generan un permanente proceso de erosión, que conforma numerosos valles y depresiones. En ellos se ha ido acumulando una capa profunda de terreno laborable de magnífica fertilidad para el cultivo del olivo. Además, las más de 3.000 horas de sol al año, lluvias en primavera y otoño, las oscilaciones térmicas de invierno a verano (0ºC a 35ºC) y los vientos moderados por la protección de las montañas, son los factores medioambientales que los olivos viven y el pródigo sostén de la D.O. Priego de Córdoba.
El origen del olivo se pierde en la noche de los tiempos, confundiéndose su expansión con las civilizaciones que han florecido en la Cuenca Mediterránea. Nos encontramos en nuestra Denominación de Origen con sorprendentes y cuantiosos vestigios de la cultura ibérica, romana, árabe, judía… entre otras.
Las numerosas ánforas del tipo ibero-púnicas encontradas en el poblado ibérico del Cerro de la Cruz de Almedinilla almacenaban aceite de oliva.
De la época romana destacan los restos de prensas de aceite del Cerro Lucerico en Fuente Tójar, verdadera factoría oleícola. Al-Ándalus crea una importante expansión agrícola, fruto del crecimiento urbano, las mejoras de las técnicas agrarias, la introducción de nuevos cultivos y la generalización del uso de los abonos. Adelantos propiciados por el rico mestizaje de culturas que el Califato Omeya beneficia.
El legado de antiguos saberes nos concede hoy, investigando y ampliando esos conocimientos, disfrutar de técnicas y calidades que nos permiten optimizar sus beneficios para nuestra salud y paladares.
Las variedades de olivos que más se dan en nuestra comarca son: el picudo, el hojiblanco y el picual. Además del carrasqueño, pajarero, manzanillo, cornachuelo o lechín, que sólo quedan de testimonio.
Hojiblanco, entre el 20% y el 30%. Su hoja es estrecha y no muy larga y sus frutos redondeados de tamaño medio.
El aceite que produce es afrutado, con tonos almendrados y un punto de picor final. Es una variedad de excelente sensorialidad.
Picual, entre el 25% y 35%. Es el de más fácil recolección, la hoja también estrecha y verde clara. La aceituna es más menudita que la picuda. También se le conoce por «marteño» o «nevadillo».
Su aceite tiene una fracción de insaponificable muy importante, es decir, no se oxida y por tanto tarda más en enranciarse. De sabor amargo madera y matices de higuera. Va muy bien para combinar con los aceites dulces y planos de aroma.
Picudo, la variedad más abundante, supone el 50/60% de la superficie. El olivo se distingue por sus hojas anchas, largas y color verde oscuro. La aceituna es gruesa y alargada rematada por un pico, con motas blancas en su piel verde o morada cuando madura. Su aceite tiene más intensidad de frutado y frescura.
Resulta la variedad más premiada en los paneles de cata de los organismos oficiales.
Variedades legadas por nuestros antepasados y cuya calidad es cada vez más apreciada hoy en día: La intensidad afrutada del picudo, los tonos almendrados del hojiblanco, el amargo sabor madera del picual.
Un aceite de riqueza sensorial que bautizamos como «Señorío de Vizcántar», para nuestro aceite con D.O.
El sistema de control del Consejo Regulador de la D.O. «Priego de Córdoba» para nuestra marca «Señorío de Vizcántar» avala no solo el origen, sino la calidad superior de su aceite.
Estos controles se establecen durante todo el proceso: desde el cultivo del olivar, la recolección de la aceituna, la molturación, extracción y almacenamiento de aceite en la almazara hasta los detallados análisis biológico-físico-químicos y organolépticos para su envasado y posterior comercialización con el distintivo «Denominación de Origen Priego de Córdoba».
Para que nuestros aceites Señorío de Vizcántar consigan el distintivo D.O. es necesario:
Y además cumpla con los requisitos de:
Acidez Máxima | Índice de Peróxido Máximo | Absorción al Ultravioleta | Humedad Máxima | Impurezas Máximo | Puntuación Organoléptica |
0’5 | 15 m.e.q. Oxígeno/kg. | ≥ 0’15 | 0’1 % | 0’1 % | ≥6.9 |
Acidez Máxima | 0’5 |
Índice de Peróxido Máximo | 15 m.e.q. Oxígeno/kg. |
Absorción al Ultravioleta | ≥ 0’15 |
Humedad Máxima | 0’1 % |
Impurezas Máximo | 0’1 % |
Puntuación Organoléptica | ≥6.9 |
Aceites Vizcántar viene diversificando su línea de productos y prestación de servicios para hacer frente a los retos que, debido a la competencia, la saturación del mercado y el cambio de hábitos de los consumidores o la nueva OCM, están en las puertas.
Esto nos lleva a una nueva sensibilidad comercial que haga posible el mantenimiento y crecimiento de nuestros clientes. Así, hemos inaugurado una nueva sede (28/11/2003) con amplias y cómodas instalaciones: nuevas líneas de envasado, tienda-exposición, sala de cata-degustación…, ampliando nuestra oferta de productos que salen del olivo.
Aceites Vizcántar pretende practicar esa nueva sensibilidad comercial, donde se va a poder probar y degustar lo que uno se puede llevar: distintos tipos de aceite, aceitunas de mesa, paté de aceitunas y confitura de oliva: Todos estos productos también procedentes de agricultura ecológica y productos cosméticos hechos con aceite de oliva.
Dentro de los servicios de Aceites Vizcántar está el de cata, para aprender a valorar el aceite a través de los sentidos. Nuestra intención es, además, acercar y pasear a las personas que nos visiten por los aromas y sabores de nuestra comarca, los del aceite de oliva, de las excelentes clases de aceitunas que por aquí hay, sobre todo la variedad del picudo: paraíso de sensaciones, con ese frutado fresco e intenso de aceituna, con tonos verdes hierba, tomate, almendra, manzana…, que le dan una elegancia sensorial digna de alabanza.
Este nuevo servicio de cata está orientado para grupos entre diez y sesenta personas.
Las catas pretenden la sensibilización al aprendizaje de:
Se trata de una clase introductoria al mundo del aceite de oliva, donde se puede adquirir la capacidad de distinguir un aceite de oliva virgen extra de un aceite con defectos o refinado.
Otros servicios son: información de los usos, cualidades, características y utilidades de nuestros productos; en especial el aceite de oliva: aceite de oliva y gastronomía, aceite de oliva y salud, etcétera.